Somos un Ministerio Apostólico de entrenamiento, firmes en la verdad que está presente en nosotros (2 P. 1:12). Como ministros competentes de un nuevo pacto (2 Co. 3:6), y pertenecientes a un reino inconmovible (Col. 1:13; He. 12:28), fuimos constituidos por el Señor para entrenar a la iglesia conforme a Su Propósito eterno, y por la multiforme gracia de Dios que nos ha sido revelada (Ef. 4:11-13; 2 Ti. 1:8-11). En tal sentido, nos esforzamos por instruir plenamente en la Palabra de vida a todo el que cree en el evangelio de Cristo (2 Ti. 3:16; 1 P. 4:10-11; Gá. 1:7): “Porque a los que antes escogió, también los predestinó a ser de la misma forma de la imagen de su Hijo, para que Él sea primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también declaró justos; y a los que declaró justos, a éstos también glorificó” (Ro. 8:29-30). “¡Gracias a Dios por su don inefable!” (2 Co. 9:15).
Nuestra Visión
Ser una embajada de alcance mundial, protagonista en la reforma del orden establecido que trae consigo el nuevo pacto, “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del pleno conocimiento del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:13 – Nueva Biblia de Los Hispanos).
Nuestra Misión
Representar a Cristo en las comunidades, proclamando el evangelio de la gracia y trayendo reforma a quienes Dios añade a Su reino, para que sean llenos del pleno conocimiento de Su voluntad, en toda sabiduría y discernimiento espiritual; para que anden como es digno del Señor, con el fin de agradarle en todo, dando fruto en toda buena obra y creciendo en el pleno conocimiento de Dios (Colosenses 1:9-10).