APOLOGÍA DEL NUEVO PACTO (Cap. 3)

3.Somos un cuerpo (Romanos 12:4-5)

En los escritos del Nuevo Pacto, quien recibió la revelación de que somos un cuerpo en Cristo fue el apóstol Pablo, y constantemente lo mencionaba y explicaba en sus cartas. Este tema parece ser bien entendido por la iglesia en la teoría; sin embargo, en la práctica, tanto el pensamiento judío (religioso) como el griego (humanista) se han introducido de manera sutil en nuestras mentes, a tal punto de que, sin darnos cuenta, en muchas áreas de nuestra comunión de fe, hemos dejado de comportarnos como lo que somos (un cuerpo), adquiriendo actitudes y conductas propias de una vida ajena a la voluntad de Dios.

        Estando en esta condición, hablamos de “cargos dentro de la iglesia”; en donde “los estatutos” de determinado concilio, federación o denominación “cristiana”, condicionan en gran parte las decisiones que se toman a puerta cerrada “por las autoridades”, mismas que fungen como unas “micro-cabezas” en el cuerpo, y que, en muchas ocasiones, son los grandes responsables del estado infantil en el que se encuentran muchos hermanos en la fe.

        Cuando un líder (designado para impulsar el crecimiento de la iglesia) se presenta como “el ungido del Señor”, y le hace ver a la congregación que él tiene “la unción” para que Dios haga las cosas, dicha congregación será altamente dependiente del mencionado líder, tal cual como un niño, que no puede separarse de su padre, porque el pequeño es indefenso. Esta situación es muy conveniente para el ego de este “hombre de Dios” (llámese apóstol, profeta, evangelista, pastor, maestro o cualquier otro nombre que se les ocurra) por la fama que adquiere, y ¿por qué no decirlo? Porque también sus finanzas son “bendecidas” ante este escenario.

        Y estos son sólo algunos ejemplos (los más genéricos, por así decirlo) de cómo, consciente o inconscientemente, podemos ser engañados por el sistema del mundo sin Dios… Tratar el tema de la “cobertura” con sus malos usos y abusos en la iglesia, significaría escribir un capítulo aparte. Ahora bien, quiero dejar claro que en el Nuevo Pacto reconocemos a quienes nos ministran en el Señor, dándoles la honra y el respeto propios a su llamado (1 Timoteo 5:17; 1 Tesalonicenses 5:12); no obstante, de la misma manera, rechazamos todo intento de manipulación religiosa y filosófica por parte de líderes, que no obran conforme a la verdad presente revelada en las Escrituras.

        Con las afirmaciones críticas hechas anteriormente, no pretendemos fomentar de ninguna manera algún tipo de división en los ministerios genuinos que sirven a nuestro alrededor, sino motivar a todos para reformar bíblicamente lo que ha sido deformado; y para ello, bien vale la pena preguntarnos… ¿Qué significa realmente que somos un cuerpo en Cristo? La Palabra de Dios tiene las respuestas:

  • Somos muchos miembros, y no todos tenemos la misma función. Pablo utilizó la palabra “praxis”, que denota acto, práctica, obras, hechos, función, desempeño… Los cargos nominales en la congregación son un invento humano para clasificar a las personas dentro de una organización. Como cuerpo, somos un organismo vivo, pues la vida increada de Dios (zoé) está en nosotros. La organización no está viva… Se mueve con un acta constitutiva, con dinero, con cargos. Tengamos eso en cuenta, pues nosotros ejercemos una función en el cuerpo (la que sea), y no tiene que ser la misma que otro.

 

  • Dependemos los unos de los otros… no hay preeminencia de un miembro sobre otro:

Un cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de muchos. Si el pie dijera: “Como no soy mano, no soy del cuerpo”, no por eso dejaría de ser del cuerpo; y si la oreja dijera: “Como no soy ojo, no soy del cuerpo”, no por eso dejaría de ser del cuerpo. Si todo el cuerpo fuera ojo, no podríamos oír. Y si todo el cuerpo fuera oído, no podríamos oler. Pero Dios ha puesto cada miembro del cuerpo en el sitio que mejor le pareció. Si todo fuera un solo miembro, no habría cuerpo. Lo cierto es que, aunque son muchos los miembros, el cuerpo solo es uno. El ojo no puede decirle a la mano: “No te necesito”, ni la cabeza puede decirles a los pies: “No los necesito”. Al contrario, los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los que más se necesitan, y los miembros del cuerpo que menos estimamos, son los que vestimos con más cuidado. Y los miembros que consideramos menos presentables, son los que tratamos con más modestia, lo cual no es necesario hacer con los miembros más presentables. Dios arregló el cuerpo de tal manera que los miembros menos estimados reciban más honor, para que no haya desunión en el cuerpo, sino que cada miembro del cuerpo se preocupe por los otros

1 Corintios 12:14-25

  • Experimentamos la vida de Cristo. Voy a decir un secreto a voces: No todos los que se congregan forman parte del cuerpo, pero voy un poco más allá… No todo el que tiene un cargo en el ministerio, forma parte del cuerpo (2 Corintios 11:13-14). He aquí una señal: Si usted ve que hay un “hermano” que sólo piensa en sí mismo, es probable que el mismo sólo sea parte de la congregación, pero no del cuerpo. El apóstol Pablo escribió:

Si un miembro del cuerpo sufre, todos los demás sufren también; y si un miembro recibe atención especial, todos los demás comparten su alegría. Pues bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno de ustedes es un miembro con su función particular

1 Corintios 12:26-27

Para finalizar este breve resumen, dejaré que citas textuales de la Palabra de Dios, terminen de iluminarnos con respecto a esta poderosa verdad presente: Somos Su Cuerpo. Leamos con detenimiento estas joyas eternas…

“… para que profesemos la verdad en amor y crezcamos en todo en Cristo, que es la cabeza, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor” (Efesios 4:15-16).

        “No permitan que los condenen esos que se ufanan de humildad, pero rinden culto a los ángeles. Los tales se meten en cosas que no han visto y están envanecidos por su razonamiento humano; no están unidos a la Cabeza, que es quien nutre y une a todo el cuerpo mediante las coyunturas y ligamentos, y lo hace crecer con el crecimiento que da Dios” (Colosenses 2:18-19).

        Dios usó a individuos en el Antiguo Pacto, pero en el Nuevo Pacto, el Señor usa Su Cuerpo para manifestarse plenamente. Los personalismos no actúan conforme al espíritu revelado en el evangelio de la gracia… La unción del cuerpo es la que verdaderamente producirá la reforma anhelada (1 Juan 2:20). Así que, mis amados hermanos, recuerden siempre esto:

        “No traten a la grey como si ustedes fueran sus amos. Al contrario, sírvanle de ejemplo. Así, cuando se manifieste el Príncipe de los pastores, ustedes recibirán la corona incorruptible de gloria. También ustedes, los jóvenes, muestren respeto ante los ancianos, y todos ustedes, practiquen el mutuo respeto. Revístanse de humildad, porque: «Dios resiste a los soberbios, pero se muestra favorable a los humildes». Por lo tanto, muestren humildad bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo” (1 Pedro 5:3-6).

4. Somos hijos 

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